LO VECINOS DE SAN ANTONIO HUISTA, CAPTURADOS HACE 4 DIAS QUEDADN EN LIBERTAD POR FALTA DE
PRUEBAS.
El sistema de justicia que prevalece
en Guatemala es perverso e injusto, porque esta segregado. Mientras los
verdaderos delincuentes de cuello blanco siguen intocables, este gobierno monta grandes espectáculos con la movilizacion exagerada de las fuerzas de seguridad del Estado, gastando
desmedidamente los recursos de los guatemaltecos en operaciones muchas veces injustificables, solo
para mejorar su imagen en las estadísticas o cumplir con deudas políticas y económicas
con algunos sectores. Similar a lo que
paso en San Antonio Huista, pero en otro contexto, se ha visto en la zona norte de Huehuetenango, La Puya, San Juan Sacaepequez, el Valle del Polochic, donde líderes
opositores a los megaproyectos privados extranjeros, muchos de ellos autoridades
comunitarias, son perseguidos con lujo de fuerza.
El gobierno de Guatemala tiene que
revisar este tipo de operaciones con base a los protocolos internacionales y
diferenciar donde, en qué momento y con qué fuerza debe actuar, porque nadie
con sentido común estaría en desacuerdo si el gobierno y el sistema de justicia
castigaran a los verdaderos delincuentes que están a la vuelta de la esquina,
sin embargo aquí es evidente la segregación jurídica a favor del poder económico.
Lo que queda muy claro es que este
gobierno quiere militarizar nuevamente nuestros territorios, no para controlar el
crimen organizado como nos hacen creer, sino para imponer el modelo extractivista (los megaproyectos
privados), por eso psicológicamente están
acostumbrando a la población a ver tanta movilización armada, helicópteros y vehículos artillados.
Es muy fácil decir ahora, que los vecinos de San Antonio
Huista, fueron puestos en libertad por
falta de pruebas, sin embargo tanto para
estas personas como para la sociedad en general, este hecho tiene impacto psicológico,
social, económico y político. Independientemente a su grado de responsabilidad
o no de las acusaciones en su contra, debemos solidarizarnos y exigir
que estos hechos no se repitan, porque no debieron ser tratados de esta manera,
simplemente porque no son terroristas.
Los medios de comunicación masiva también
tienen que jugar un papel más responsable e imparcial para la salud mental de nuestra sociedad, para fortalecer el Estado de Derecho y la democracia real que tanto
anhelamos.
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